martes, 9 de septiembre de 2008

Formulae

¿Cuánto puede la vida cambiarle a alguien en siete meses o un poco más?, ¿Cuánto puede crecer uno de golpe?, ¿Cuánta vida puedes haber adquirido de porrazo?
No existe un medidor de magnitud exacta para estas preguntas más exacto que uno mismo y las personas cercanas que puedan haber participado del proceso o notado el "notable" cambio.
Esta sensación es casi tan similar como haber despertado de un mal sueño y ver que lo que soñaste (lo que viviste en realidad) es demasiado surreal. Es como vivir dentro de una burbuja y que en el momento menos pensado explota y tú sólo te disparas sin dirección como el resto de partículas. Es como un parto: Abrupto.
En mi caso todo se condensa y se convierte en mi nebulosa.

¿Que si estoy traumada?

No, sólo ha sido una bonita forma de despertar. Soy una persona, mejor dicho, un personaje muy especial. Empecemos por decir que soy muy simple, quien siempre ha minimizado los problemas por más molestosos que sean, aunque he tenido que cambiar un poco mi percepción. Soy feliz la mayor parte del tiempo, fluida, bohemia, recontrahipermega sátiro - burlesca, chistosa, bla bla bla bla.
No suelo complicarme la vida, son los demás quienes me la complican. Y en estos últimos tiempos, he aprendido a continuar viendo el mundo a mi manera, que el amor es uno y que por más que lo quieras obnubilar o reemplazar sigue y seguirá brillando si realmente lo sientes, que nunca es suficiente el esfuerzo para lograr tu meta, que amigos de verdad hay para contar con la mitad de los dedos de una mano (y eso que no puede partirse por la mitad), que sí hay un final de oro al otro lado del arcoiris, y que se puede sobrevivir durante el proceso de conversión de tus tripas hacia un nuevo corazón.
Acá es donde cierro capítulos escribiendo mi historia, y donde comienzo una nueva e intensa.
Disfrútenlo tanto como yo.

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