Ella se sentó frente a él.
Él la miró con esa su miradita típica de cuando ella aparece, y sus ojos tienen vida otra vez.
Ella está seria, él también o quizás más que ella aún; pero el ambiente sigue siendo ligero.
No han sido días de ánimos constantes, ella ha pensado mucho y al aceptar las cosas vive mucho más relajada. Él anda algo arisco, malhumorado y en instrospección constante.
últimamente se les hace un poco difícil soportarse, pero hay algo que puede mantenerlos unidos inevitablemente.
Él se saca los audífonos y ella bota el humo del cigarro, sonriendo.
él se inclinó un poco acercándose y con los ojos brillando por el sol le preguntó:
- ¿Por qué yo?
Ella sonrió más que antes, dejó del lado su rol de luna nublada y tomando su mano respondió:
-Porque los demás me aburren, porque tu eres diferente.
Y el eclipse se dio.
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