Y en esta posición esperanzadora
esperando al vacío
congénito
es cuando yo me pregunto
dónde se encuentra
quien enciende las luces
y las luciérnagas
lo que no me mata
solo enciende mi fuego
y a veces inconcientemente
mis ganas de matar
gota a gota
labio a labio
estas perversas palpitaciones
que invaden mi cuerpo
y se huele en mi sangre
aún está oscuro
pero ya amaneció
y en mi cabeza retumba un eco
deseos, solamente son deseos.
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