domingo, 30 de noviembre de 2008

He takes the day but I'm gone...

Me levanto lentamente del sofá, ella me mira y me dice "vamos".
Salimos del ascensor, caminé hacia las gradas y lo ví... lo ví a él caminando con una chica, esbelta y guapa chica; parece que al fin atinó, o quién sabe, tal vez no sea lo que parece ser.
Y lo digo afirmando la duda porque hace tiempo que no hablo con él y nuestra relación amical no es la misma... nada es lo mismo ahora.

El sol quema más que antes, las mariposas ya no revolotean como solian hacerlo por mi ventana, sufro de insomnio últimamente, y el morado destronó al verde y pasó a ser mi nuevo color favorito.

La leve satisfacción de ser y no ser a la vez...

El helado de vainilla juguetea con mis papilas, el vientecillo me revuelve un poco el pelo pero no es un problema. No ése no es.

Que mi problema son ellos... No, mi verdadero problema soy yo.
Inexperiencia, chiquititud, simple estupidez o como quieras llamarlo; sí pues, equivocarse es parte de la diversión.

Y caminamos cerca al malecón, ella y yo, y todo sigue perfectamente diferente, en desequilibrio; mientras continuamos nuestra cháchara.

Yo ya no quiero más! He decidido empezar de diferente manera este juego, pues soy yo quien pone las reglas.

El hartazgo de que mis métodos anteriores hayan sido fallidos, sobre todo el último.
Que aparentemente pude cubrir utilizando ciertas excusas, pero lo que se justifica no sale a cuenta (llamémoslo cobardía para ser más exactos), tratar de cubrirse el pellejo con una justificación es como tratar de cubrir un desnudo con pétalos.

El miedo a perder, y el temor a la pérdida... es más por orgullo que por sentimientos.

Me inventaré un nuevo juego, un juego en el cual yo no culpo al primero por haberme cambiado, si total, fue exactamente eso y cumplió muy bien su labor: El primero.
Un juego en el cual yo no me acobardo diciendo que lo dejé porque quisquillaba y por sus manías; sino porque no estábamos sincronizados ni viviamos en el mismo tiempo; y porque cuando aparece otro que te ofrezca más diversión y en realidad sea pura pantalla para ocultar su petulancia y tu te afanes, no excuses diciendo que "ya no quieres". Con el segundo quizás hubiese sido increíble... pero en el tiempo actual.
Un nuevo juego en el cual yo admita que sí quise al tercero, pero fallé por una minúscula cosilla... el popular y ex mejor aliado/mejor amigo: El Orgullo.
Admito que tampoco el tercero fue perfecto... pero pudo haber sido mejor.

Este es el juego donde yo soy por primera vez la protagonista y hay muchísimos papeles secundarios.
Donde siempre se gana, y solo los casos excepcionales pierden.
Donde vuelven a salir las mariposas a revolotear por mi ventana,
Donde el estruendo se vuelve música y el llanto risa,
Donde yo me quiero realmente a mí y a lo que hago, para poder querer bien a los demás.

Ella y yo continuamos nuestra caminata, ya estamos un poco cerca a nuestro destino final.
Sonrió cuando le dije que no quería involucrarme con nadie de acá a un muy buen tiempo, quizás años, uno nunca sabe.
Sonrió de satisfacción porque al fin había cerrado el capítulo en el cual yo entregaba lo mejor de mí a alguien más sin convidarle a mi persona un poquito de mí.

Llegamos y nos detuvimos en la escalera.
Él bajó y le sonrió a ella.
Me dí la media vuelta para comenzar nuevamente a caminar cuando lo ví...

Mi juego acaba oficialmente de empezar.

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